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Por aquella brisa

Sintiendo el aire acariciarme me pongo a pensar y veo que me quedo quieto en aquella postura para recibir el cariño, aunque sea del viento.
Y allí puedo reconocer mi deseo de recibir que estaba insatisfecho hasta hace tan poco tiempo. Aquel deseo que estaba esperando por una mano, pero no cualquier mano sino por una específica.
Estaba condicionando mi recibir, y estaba siendo condicionado por mi ego. Aquella parte mía que quiere imponer e imponerse ante todo, todos y por sobre las cosas ante mi.
¿Y quien sería "mi"?. "Mi" sería el compendio de todo lo que yo soy; mis emociones, sentimientos, pensamientos, necesidades, deseos,cuerpo, espíritu, alma y experiencias vividas.
Es la forma más concreta que puedo definir-me a "mi", y la expongo.

Es decir que aquel ego, quiere imponerse a todo ello. Quiere la supremacía, siendo tan solo una parte.
No puede ver que es una parte, funcional o disfuncional del todo. Disfuncional o funcional es respecto del modo que lo utilicemos; ya que el ego es como una herramienta. Si a un martillo lo usamos para cepillarnos los dientes, no va a cumplir su finalidad de martillo ni de cepillo y va a ser disfuncional -espero haber sido claro con el ejemplo-.

El ego no es negativo, como tampoco positivo. El ego es como todo, es algo a utilizar y no que me utilice; tener miedo y no que el miedo me tenga, por ejemplo.

Y si yo puedo ver que mi deseo de recibir insatisfecho, es decir que no fue saciado hasta el momento presente, es que puedo hacer algo al respecto.
A veces hacer es negar, entonces estoy repitiendo mi repetición de abandono y negación de mi todo yo, de ese "mi" que antes hable. Porque no puedo negar una parte sin negar al todo. Es por ahí la cuestión.
Aceptar a mis partes es aceptarme a mi, reconocerlas es reconocerme. Ver lo que me duele, lo que quiero, lo que me gustaría sirve para darme una respuesta hacia ello, no para darle la espalda y pretender que nunca lo vi; cosa que nunca sirve porque terminamos viendo el mismo paisaje repetido en tantos lugares como miremos.

Y todo ello se me disparó viendo que mi necesidad de recibir puede ser satisfecha al momento de ser consciente que existe y darme una respuesta hacia ello.

Y en ese momento vi todo el amor, todas las caricias, todo lo que ronda conmigo y sobre lo que yo rondo y me sentí contenido y contenedor al mismo tiempo.
Y me relajé y recibí con amor, y me dí amor. 

Y todo fue por una suave brisa que surcó mi cara dulcemente.

Expectativa Cero


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