Hoy freno y tomo unos instantes para contemplar el hacer y andar en esta, mi vida. Esta vida que antes, veo, no era mía.
Ella estaba colmada de ira, resentimiento, silencios, negaciones, violencia, dolor sin nombre y represión. Ella no era mi vida ya que se regía sobre otros parámetros y filosofías.
Y en este observar que decidí tomarme, tan solo con la intención e interés de ver mi senda, comprendí que he perdido y sufrido mucho y que ello tuvo una causa muy sana que fue encontrarme.
Si, hubieron lágrimas y desazón, vacío y dolor, incertidumbre y desesperación, angustia y ansiedad. Hubo además soledad y desolación, carencias y silencios.
Todo esto existió y el significado se lo he dado yo; con este tiempo he aprendido a dejar el "por que" para afianzarme en el "para que". Para que han pasado cada una de las cosas que he vivido, los dolores, pérdidas y desazones.
Esos años turbulentos, sombríos y frios hoy me han servido para poder elegir como representar correctamente a este que soy; ya que las cosas/sucesos no dicen quien soy, sino como soy.
El quien es algo que está por fuera de cuestión, ese es aquel que se conecta con esta experiencia humana, de allí surje "la personalidad". Ella es el canal que vincula lo "divino" con lo "humano" nuestro; ella funciona de ligadura entre nuestras dos partes.
En nosotros existe esta división. Nos han enseñado que lo "divino" debemos ponerlo en el afuera y que tan solo somos humanos, han tercerizado nuestra divinidad.
En aquel desbalance es que la personalidad se conforma entre algo que no soy y algo que si soy, entre una tercerización de nuestro lado "divino" y nuestro propio lado "humano". Y no sabemos quien es ese al que le damos aquella parte divina; solo creemos lo que nos dicen que debemos creer.
Es por ello que ser responsable de mi vida es tomar mis "dos partes" y ponerlas dentro mio, allí esta aquel que soy, interactuando con la dualidad.
Hoy puedo ver esto con un halo de amor, aprendizaje, curación, libertad y perdón.
Hoy puedo tomar las experiencias vividas y aplicarlas como mis maestras; mis peores y más grandes barreras/trabas hoy representan mis mejores enseñanzas y aprendizajes.
Hoy puedo porque elegí poder. Y allí es que radica toda la cuestión. El poder que me pertenece y yo encarno. Aquel poder que antes daba a alguien más para que me domine, controle y manipule.
Mi poder me pertenece y no hablo de fuerza, que sería someter. Mi poder está estrechamente vinculado con la pulsión de vida, con la llama y con el corazón latiendo.
Mi poder es todo y lo único que importa; tantos lo han dichos de tantas formas y yo solo lo repito de esta.
Soy todas las experiencias vividas. Soy aquello intangible que es eterno.
Soy un ser divino en condición humana y por ello celebro.
Ahora continuo mi andar acompañado conmigo mismo, cosa que antes me habían dicho que era soledad y nunca lo fue. No puedo estar solo sin estoy acompañado de mi.
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