Comprendo que cada experiencia es propia y es por ello que me encuentro eligiendo respetar la elección del otro respecto a su vida.
Me encuentro escuchando en silencio al otro, sin emitirle mis ideas y juicios. Estoy escuchando su experiencia y su estado, sin yo participar de una historia que no me pertenece, ni de dar mis ideas u opiniones de mis haceres en una historia que no existe para mi.
Puedo acompañar a la persona, y esta siento es la acción mas amorosa que le puedo ofrecer y hacer, tanto por el como por mi.
Darle el lugar para que pueda comunicarse, relajarse; sentirse seguro y compartir. Y desde mi lado es estar allí para asistir, tanto pasiva como activamente.
Asistir es ampliar el rango de ideas, sin decirle cual hacer; es multiplicar las posibilidades que estaba viendo sin decirle cual elegiría yo ni cual debe elegir el o ella.
Esta es una nueva etapa en mi vida y me siento internamente vinculado a ella; participar amorosamente sin interferir con mi irrealidad en su experiencia. Porque convengamos que lo que pueda aportar está fuera de su experiencia y por consiguiente es irreal a su realidad.
Si esto sucede con gente cercana a mi, en donde me encuentro vinculado en su situación mi postura es la misma e intento exponer mi experiencia y situación sin modificar su idea, sentimiento ni pensamiento.
Busco un dialogo en el que haya una comunicación de ambas partes para que así podamos vincularnos con amor y, desde allí, entender la situación propia y del otro sin imponernos.
- Por fecha 31/03/2013 -
Matías Hugo Figliola
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