Despierto y escucho cosas. Miro a mi derredor y estoy yo, con mis sabanas, mi cama y el piso. Despierto y escucho cosas, aun sin haber nada ni nadie.
Despierto o continuo dormido, es una duda que se me presenta y no hay forma de saberlo.
¿Dormido en que, despierto en que?. ¿Dormido en donde, despierto en donde?.
Los ruidos que escucho no provienen del afuera, es mi miedo; este miedo que tiene mis años mas todos los años de mis antepasados. Mi miedo que tiene mi conocer y el conocer de mis antepasados, es decir que en una competencia estoy perdido antes de empezar.
Pero con el miedo no se compite, me digo como si no hubiese sido mi boca la que lo dijo, ni mi voz la que hubiese sonado.
Uno no compite contra eso porque al hacerlo entra en su juego, ese es su modo de tenerme atrapado en su constante ciclo, en el cual quedaron atrapadas tantos miles de otros.
Debo atravesar al miedo, seguir por sobre el como tan solo una mala realidad de pared, siendo tan solo una niebla de no-seguridad y no-confianza.
Debo llegar al borde del abismo, que se ha dibujado así en mi mente porque el miedo me ha pintado el precipicio -y yo lo he dejado sin saberlo siquiera-.
Debo seguir, un paso más. Debo seguir, un paso más; un paso más, un paso más... Tan solo un paso más.
El que depare es inexistente, es una nueva aventura en mi vida. Es una nueva experiencia y aprendizaje.
Como me ha dicho alguien: "elije donde y como morir, que el miedo no elija tu muerte. Que el muera con tu hacer."
Y así es como estoy parado, ahora, frente a aquel abismo. Mirando frente a ese velo de niebla y precipicio. Respirando hondo y relajando los músculos, que la caída sea lo más placentera posible.
Y el próximo paso llegará en el mismísimo instante que yo deje de interferir en mi vida y intervenga, aporte y viva. Y el próximo paso será realidad cuando elija morir en mis términos y no vivir en los términos del miedo. Y morir en mis términos no es morir, sino es vivir en mis términos.
Despierto o continuo dormido, es una duda que se me presenta y no hay forma de saberlo.
¿Dormido en que, despierto en que?. ¿Dormido en donde, despierto en donde?.
Los ruidos que escucho no provienen del afuera, es mi miedo; este miedo que tiene mis años mas todos los años de mis antepasados. Mi miedo que tiene mi conocer y el conocer de mis antepasados, es decir que en una competencia estoy perdido antes de empezar.
Pero con el miedo no se compite, me digo como si no hubiese sido mi boca la que lo dijo, ni mi voz la que hubiese sonado.
Uno no compite contra eso porque al hacerlo entra en su juego, ese es su modo de tenerme atrapado en su constante ciclo, en el cual quedaron atrapadas tantos miles de otros.
Debo atravesar al miedo, seguir por sobre el como tan solo una mala realidad de pared, siendo tan solo una niebla de no-seguridad y no-confianza.
Debo llegar al borde del abismo, que se ha dibujado así en mi mente porque el miedo me ha pintado el precipicio -y yo lo he dejado sin saberlo siquiera-.
Debo seguir, un paso más. Debo seguir, un paso más; un paso más, un paso más... Tan solo un paso más.
El que depare es inexistente, es una nueva aventura en mi vida. Es una nueva experiencia y aprendizaje.
Como me ha dicho alguien: "elije donde y como morir, que el miedo no elija tu muerte. Que el muera con tu hacer."
Y así es como estoy parado, ahora, frente a aquel abismo. Mirando frente a ese velo de niebla y precipicio. Respirando hondo y relajando los músculos, que la caída sea lo más placentera posible.
Y el próximo paso llegará en el mismísimo instante que yo deje de interferir en mi vida y intervenga, aporte y viva. Y el próximo paso será realidad cuando elija morir en mis términos y no vivir en los términos del miedo. Y morir en mis términos no es morir, sino es vivir en mis términos.
- Por fecha 07/09/2013 -
Matías Hugo Figliola
Comentarios